viernes, 24 de enero de 2014

Cuatro mil ochocientos treinta y ocho kilómetros allá.

Después de un mini cursillo express de fotografía que tuve que dar a mi padre, he conseguido que me traiga estas preciosidades de su viaje. Le pedí fotografías de todo lo que viera, y aquí está el resultado. Desde Israel, Tel-aviv y finalizando en Jerusalen. Ojalá y pueda ir algún día. Sobran las palabras, es realmente increíble...








































La tierra prometida.