sábado, 28 de diciembre de 2013

Lluvia.

No solamente llovía ahí afuera. También por dentro. En cada rincón de donde tu estés. Había veces que subía la marea y pasa esto de que te mientes y recuerdas cosas que te jurabas haber olvidado. Discutíamos y follábamos, confundiendo así la tormenta con la calma, sin darnos cuenta de que lo primero nos hacía querernos más y lo segundo... Volver a discutir.